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Reseña Histórica He sido amante de la Web desde que una gran amiga mía fotógrafa me prestó su computadora (la única de toda la clase de mi colegio que tenía acceso a Internet) por ahí de 1995. ¿Qué diablos era Internet? A mí solo me interesaban las amigas guapas y ser popular en el colegio […]

Reseña histórica

Reseña Histórica

He sido amante de la Web desde que una gran amiga mía fotógrafa me prestó su computadora (la única de toda la clase de mi colegio que tenía acceso a Internet) por ahí de 1995. ¿Qué diablos era Internet? A mí solo me interesaban las amigas guapas y ser popular en el colegio en esos tiempos.

Yo tenia cerca de 15 años y me comentaron que era algo para navegar de lugar en lugar y que uno podía leer información; tuve recuerdos de mis padres viendo lo que era un televisor por primera vez y mis abuelos escuchando acerca de lo que era una radio; decidí probarlo y me pareció fascinante el tener “correo virtual”, ingresar a sitios Web y “ver información”. Pensé que no había nada como esto en la vida; pronto, dejé de escribir cartas físicas a mis amistades en otros países y empecé a utilizar el correo eletrónico y coleccionar direcciones de correo (escritas en un papel por supuesto).

El vicio se asienta

5 años después de mucho Napster, ICQ, miRC y demás,  comencé a trabajar en una compañía de Internet, hacía servicio al cliente en Internet (call center) y tenía que utilizar una computadora con acceso a BANDA ancha todo el día; “wow”, me dije a mí mismo, “puedo navegar sin que me cobren por minuto”; poco a poco fuí escalando lugares en dicha compañía y a la edad de 24 años ya estaba a cargo de la misma y con 20 empleados. Como no teníamos diseñador Web en aquél entonces, era yo el que tenía que hacer los cambios dentro del sitio y rápidamente me tuve que comprar un libro acerca de HTML, que era el “lenguaje para hacer sitios Web”. Me pareció fascinante; me metí a estudiar Ingeniería en Informática y pronto me dí cuenta que lo que estudiábamos allí no tenia mucho que ver con lo que me exigía el mundo laboral (inclusive tuve que llevar COBOL un lenguaje que ya no se usa); por lo que me salí; a la edad de los 26 años diseñé mi primer sitio con la ayuda de un diseñador gráfico y una de las cosas que tuve que utilizar y aprender fue CSS que era lo “nuevo” en diseño Web y los días del diseño por tablas tenían sus días contados; de nuevo lo hallaba fascinante y me digerí el lenguaje como si nada.

Las bases administrativas y el amor de mi vida

No se dejen llevar por su inocencia

4 años después de hacer sitios y de estudiar Administración de Empresas que es algo que me enriquece mucho y afianza más y más mis habilidades, me doy cuenta de que realmente amaba la Web y toda su funcionalidad detrás de ella; digiero libros de programación, diseño, mercadeo, administración y demás casi que todos los días y no me veo haciendo otra cosa.

Durante este tiempo también conocí al amor de mi vida, la persona que me ha ayudado no sólo a encontrar el verdadero valor del amor, sino que también me ayudó a conectar ambos mundos y encender la llama en iniciar este proyecto juntos. Por más inverosímil que parezca, no sabía hasta el momento en combinar ambas cosas; me fascinaba diseñar sitios Web, programar y demás, a como me fascinaba administrar, planear, dirigir y tener ideas nuevas que generen valor en la empresa donde laboraba; a veces buscamos respuestas y se nos olvida buscar en los lugares más obvios. Por cierto, hoy tiene muchísimos más años de los que sale en la foto de la izquierda.

Una causa más grande que uno mismo

Habiendo trabajado todo este tiempo en el sector privado como empleado y gerente de una compañía de mediano tamaño, me percaté de una realidad muy grande a la hora de tener una empresa; todos pensamos en que queremos hacer dinero, más y más dinero y ser visto como una persona exitosa y ser su propio jefe es una buena manera de lograrlo, pero no siempre sucede por dos razones, la primera, es que el dinero no debe de ser la única razón por la cual usted se traza la idea de tener una empresa, debe de haber otra causa mayor a uno y el dinero mismo; si uno persigue una causa más grande que uno mismo a la hora de hacer negocios con sus clientes, tanto ellos como el dinero llegará.

La segunda razón es la pasión que impulsa directamente a la primera; cuanto más pasión, más fuerza para sacar la faena adelante; es lo que nos motiva a levantarnos día a día a luchar contra los distintos desafíos que surgen (por que surgirán).

¿Cuál es el punto, me dirá? Que para mí, el tener ésta empresa de diseño Web, nace por la pasión increíble por diseñar sitios Web para nuestros clientes de la forma correcta y con la experiencia que he adquirido a lo largo de los años; dos por que considero que contribuir a la Web con sitios bien hechos para los clientes de mi país constituye una causa que va más allá de nosotros mismos, y tres por que puedo de vez en cuando diseñar sitios de la mejor forma posible de forma gratuita a compañías que realmente lo necesiten y retribuirle un poco a mi propia sociedad. Uno sabe que uno ama realmente algo cuando responde afirmativamente ante la pregunta que de no existir el dinero, haría lo que haría de forma gratuita.